1763, Reino de Hungría, María Teresa. Moneda de Poltura de Cobre. ¡Kremnitz!
Estado: VF Nuevo Año: 1763 Referencia: KM-377.1. Denominación: Poltura Mint Lugar: Kremnitz (KM) Material: Cobre Peso: 16,89 g Diámetro: 30 mm
Anverso: Busto diademado y drapeado de María Teresa a derecha. Leyenda: M. HAY . D:G. r. YO G . HU. B.O. REG..
Reverso: Virgen coronada sentada sobre una nube con los pies en media luna, portando cetro y el Niño Jesús. Leyenda: P.-H. / 17-63 / K.-M. Exergo: POLTURA
María Teresa (alemán: María Teresa, ver también otros idiomas; 13 de mayo de 1717 – 29 de noviembre de 1780) fue una archiduquesa reinante de Austria, reina de Hungría y Bohemia, y emperatriz del Sacro Imperio Romano Germánico.
María Teresa era la hija mayor de Isabel Cristina de Brunswick-Wolfenbüttel y del emperador Carlos VI, quien promulgó la Sanción Pragmática para permitirle suceder en la monarquía de los Habsburgo. La oposición a su acceso al trono condujo a la Guerra de Sucesión de Austria en 1740. Después de que el emperador Carlos VII, que reclamaba el trono, muriera en 1745, María Teresa obtuvo la corona imperial para su marido, Francisco I. Aunque técnicamente era emperatriz Consorte, María Teresa era la gobernante de facto de la nación, y comenzó a autodenominarse Emperatriz del Sacro Imperio Romano Germánico en 1745. De hecho, María Teresa ya había comenzado su gobierno en 1740 durante la Guerra de Sucesión de Austria.
María Teresa ayudó a iniciar reformas financieras y educativas, promovió el comercio y el desarrollo de la agricultura y reorganizó el ejército, todo lo cual fortaleció los recursos de Austria. El conflicto continuo con el Reino de Prusia condujo a la Guerra de los Siete Años y más tarde a la Guerra de Sucesión de Baviera. Se convirtió en emperatriz viuda después de la muerte de Francisco y la ascesión de su hijo José como emperador en 1765. María Teresa criticó muchas de las acciones de José, pero aceptó la Primera Partición de Polonia (1772). María Teresa, figura clave en la política de poder de la Europa del siglo XVIII, trajo unidad a la Monarquía de los Habsburgo y fue considerada una de sus gobernantes más capaces. Entre sus 16 hijos también se encontraban María Antonieta, reina consorte de Francia, y Leopoldo II, emperador del Sacro Imperio Romano Germánico.